El 23 de agosto, víspera del día de San Bartolomé, se baja la imagen del santo en procesión desde su ermita hasta la iglesia parroquial.
Tras la misa, tienen lugar el pregón en los balcones del Ayuntamiento y a continuación, los fuegos artificiales en el parque "Príncipe Felipe", dando comienzo a las fiestas patronales que duran hasta el día 26, en las que destacan las verbenas populares, las charangas y los festejos taurinos.
Actuaron: Grupo Nacional Agrupación Folklórica-Foro Cultural "Raíces y Horizonte" de Alhaurín de la Torre (Málaga), grupo de Belice National Dance Company y la Agrupación Folklórica "Sabor Añejo", de Montehermoso. El evento lo organizó la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Montehermoso. (Ver vídeo de éste año en Youtube)
La Asociación Cultural Folclórica Sabor Añejo, incluso llegó a representar a Extremadura en el festival Internacional de Folclore que se celebró en Brasil y también en la V Muestra Ciudad de Ibiza.
A lo largo de su dilatada historia, Montehermoso ha tenido un gremio artesanal muy dinámico, encontrándonos con un elenco muy amplio de oficios artesanales que son muestra viviente de un legado cultural de gran importancia: el traje regional, el bordado, la cerámica y la talla de madera, son los que pueden considerarse como los más destacados.
La gastronomía montehermoseña se caracteriza por ser una cocina sencilla y directa de ésta tierra: libre de artificios, exenta de añadiduras superfluas, cuyas viandas especialmente representadas por el cerdo, el cordero, el cabrito, el pollo de campo, y las gallinas, como productos básicos. Se perfuman, se matizan y se sazonan con el bien manejado uso del ajo, la cebolla, el perejil, el laurel, el romero, el tomate y el aceite de oliva.
Este agosto he elegido Montehermoso, ese capricho tan singular de Extremadura, para vivir intensamente las Fiestas Patronales de San Bartolo. Este pueblo es una sorpresa escondida en la puerta de las Hurdes; un encanto de embolados rocosos; un aire elegante en sus gentes sencillas, de historias perdidas en el confín de los tiempos; una elegía de ideas maravillosas; un bosque de encinas añejas que llevan hasta el horizonte melancólico sus formas caprichosas; una fantasía suave de campos abiertos a la vida eterna; una fiesta jubilosa; un desvarío del viento.
Montehermoso es valioso, original, aquietado, de una espesura errática, fugitiva y agreste, un alma llena de gratas esperanzas, un capricho de silencios, un embrujo álgido y festivo.