A mí se me acaba de morir una mujer ejemplar y a la familia se le ha muerto una gran persona muy querida por tod@s. Estábamos en Granada preparando un viaje y hubiéramos querido que María estuviera allí para acompañarnos con su enorme energía.

Ella estaba muy delicada desde hace tiempo, pero ha muerto rodeada de sus seres más queridos y ha vivido con la alegría de una persona inseparable.

Murió a las nueve de la noche, y desde el primer momento, no han cesado de llegar al tanatorio de MONTEHERMOSO sus amig@s, llorando, y recordando lo que María vivió hasta el final de sus días. No hace falta decir que desaparece una enorme mujer, maestra de la simpatía, porque María deja alegría también: fue una de las grandes acompañantes de las fiestas familiares.

Ella comenzó a destacar como gran cantaora desde muy joven, pues desde muy temprano maravilló con su voz potente. Pero, a lo largo de su vida, sobre todo, María fue una gran trabajadora. Hace poco estuvo en el club de los mayores, como si fuera a despedirse de tod@s, casi sin captar profundamente el ambiente que le envolvía por el homenaje que se le brindaba a su abnegado marido, supo mantener la sonrisa mansamente en su boca semiperdida.

Y también a lo que el mismo pueblo significó en cada momento de su vida pura en la generaciones que discurrieron por su mente, como una constante llamada de atención al hecho de que la gente tiene que estar comprometida, ante todo, con la alegría, pero que esa alegría comprometida consigo misma y que forzosamente se compromete con lo que es la voz del buen hacer, el pensamiento del pueblo, la diversión del pueblo. Y eso María lo vivió como nadie dentro de esa generación estupenda, la del medio siglo.

Ahora en su lecho yacente, estábamos aquí todos reunidos despidiéndole  al unísono. Porque María significó esa vivencia, esa experiencia, llevada en múltiples variaciones, y fue al mismo tiempo una gran madre y esposa, porque era, ante todo, una gran mujer. En estos últimos días, María sonreía a medias, casi sin fuerzas para despedirse, y desgraciadamente nos ha dejado.

Guardaba permanentemente cosas en el pensamiento. Sostenía que la muerte viene cuando viene, y pasado mañana será ya parte del pasado.

Lo que nos queda es la admiración y el gran cariño que todo el mundo le tenía hacia MARÍA.