El espíritu de la Navidad
No es obligatorio ir a una reunión familiar. Ni siquiera a la cena de Nochebuena o a tomar las uvas. Así, si después de pensarlo llegamos a la conclusión de que no lo vamos a pasar bien y no vamos a poder tener la actitud adecuada, decidamos no ir y cambiemos de planes. (Para ver el texto completo, pulsar aquí)